Literalmente de tutti nos ha regalado el concurso de popularidad por medio del cual los apóstoles acreditados escogen a la minurri más cotota del brillo estival. Desde ricuras de la competencia y el show estelar, hasta bellas animadoras y modelos con sueños de gloria, han pasado por el principal evento anexo al certamen musical.
La reina del Festival de Viña es un evento en constante evolución. Durante años los reporteros acreditados han escogido a la mejor chiquilla del brillo, provocando un antes y después el 2000, cuando la elección de Celia Cruz dio la vuelta al mundo. Y no era menor, ya que le ganó ni más ni menos que a Cecilia Bolocco.
Y que me dicen de Tonka Tomicic, con su slogan 100 por ciento natutal, mató en Viña.
Y es que producto de su nutrido anecdotario, el certamen musical de la Ciudad Jardín se ha convertido en el principal referente estival de la cultura popular criolla, marcando a generaciones enteritas por medio de hitos de fácil recuerdo. Entre ellos, si de destacar a uno cototo se trata, la elección de soberana se lleva buena parte de la atención.
Colmada de curvas, bikinis y sonrisitas, la carrera por quedarse con la corona más apetecida de Chilito ha hipnotizado a la barra desde 1982, cuando en la versión número 23 del Festival, la italiana Raffaella Carrá, dando inicio a una tradición que por estos días levanta cualquier polvareda.
CRECIENDO
Con el paso de los años la carrera por encontrar a la ricura más potable de todo el ramillete que acudía cada año al brillo, cobró cada vez más relevancia hasta el punto de evolucionar y ganarse un espacio propio en la agenda festivalera.
Desde participantes de las competencias y del show, hasta animadoras y modelos contratadas especialmente para meter boche, todo tipo de féminas se han jugado hasta el colaless con tal de figurar durante la mediática justa de belleza y simpatía.
Pese a todo, sólo 27 mujeres han logrado salirse con la suya. Tras el triunfo de la intérprete de "Caliente", en 1982 la mexicana Lucía Méndez se llevó todas las alabanzas, siendo seguida el 84 por la rumana Jeanina Matei, el 85 por la venezolana María Conchita Alonso y el 86 por la guapa canadiense Cindy Valentine.
Sólo en 1987 una criolla sacó pechito por el país. La cantante Irene Llano dejó la grande entre los apóstoles acreditados en el certamen, casi tanto como lo hicieron la peruana Marcela Sánchez en 1988 y la chilena Myriam Hernández en 1989. Hasta el día de hoy se recuerdan en la Quinta Vergara de las mansas ni que piernas de la exitosa cantante nacional.
CAMBIOS
En 1990 el concurso generó creciente expectación tanto en el público como en las propias participantes. En esa pasada la brasilera Xuxa fue escogida como la primera reina de la década, seguida por las mexicanas Yuri, Lucero y Gloria Trevi, los años 91, 92 y 93 respectivamente.
El dominio charro recién tuvo un respiro en el 94, coincidentemente en la edición con mayor participación de cuates producto de la alianza entre MEGA y Televisa que se quedó con los derechos del brillo. Sofía Vergara, la pechugona coanimadora colombiana, ganó la votación sin mayor apuro.
Pero los triunfos aztecas no pararon ahí (de hecho son las más winner porque en total suman 7 coronas). En 1995 Patricia Manterola mató con sus redondeadas caderas, similares a las de la chilena Paola Falcone en 1996, pero nunca tan contoneadas como las de Thalía en 1997.
Sofía Franco del Perú en 1998 y la bailarina brasilera del "Baile de la botella" de EoTchan, Carla Pérez, en 1999, anticiparon la gran sorpresa de Viña 2000, el primer Festival de Canal 13 donde la reina de la salsa, la cubana Celia Cruz, se impuso en segunda vuelta a la Miss Universo Cecilia Bolocco, cambiando la tendencia y demostrando que la simpatía es tan atrayente como las curvas. La salsera se enteró de su triunfo cuando abandonaba el hotel para retornar a Miami, y fue tanta su alegría que echó marcha atrás y cantando uno de sus mayores éxitos llegó hasta el salón "Blanco Encalada", donde fue proclamada reina por una nube de periodistas. Aquello fue inolvidable.
Natalia Oreiro en 2001 y el doblete de la charra Manterola en 2002, marcaron las últimas ediciones antes de que la moda de la farándula se sumara al concurso de popularidad.
FLASHES
Quién más que Kenita Larraín podía darle el vamos a la era de las reinas faranduleras. Como modelo de "La Movida del Festival", la rubia debilidad ganó el cetro y comenzó con una moda que siguieron el 2004 y 2005 las argentinas Carolina "Pampita" Ardohain y la voluptuosa Luciana Salazar.
En plena moda de las siliconas, el 2006 la bella Tonka Tomicic demostró que lo natural siempre será mejor. La animadora del "Buenos Días a Todos" se mandó una campaña soberbia y su cercanía con la gente y especialmente con los periodistas, le permitió quedarse con la corona. Su equipo fue un gran puntal, pero su simpatía fue, en definitiva, con lo que cautivó a los apóstoles de la prensa. Para muchos, Tonka le dio glamour al concurso.-
El 2007 la hermana chica de Chechi, Diana Bolocco, lograra lo que su sister nunca consiguió. La más reciente ganadora es la colombiana Pilar Ruiz, quien el próximo viernes cederá su categoría a una nueva chiquilla del espectáculo.
La reina del Festival de Viña es un evento en constante evolución. Durante años los reporteros acreditados han escogido a la mejor chiquilla del brillo, provocando un antes y después el 2000, cuando la elección de Celia Cruz dio la vuelta al mundo. Y no era menor, ya que le ganó ni más ni menos que a Cecilia Bolocco.
Y que me dicen de Tonka Tomicic, con su slogan 100 por ciento natutal, mató en Viña.
Y es que producto de su nutrido anecdotario, el certamen musical de la Ciudad Jardín se ha convertido en el principal referente estival de la cultura popular criolla, marcando a generaciones enteritas por medio de hitos de fácil recuerdo. Entre ellos, si de destacar a uno cototo se trata, la elección de soberana se lleva buena parte de la atención.
Colmada de curvas, bikinis y sonrisitas, la carrera por quedarse con la corona más apetecida de Chilito ha hipnotizado a la barra desde 1982, cuando en la versión número 23 del Festival, la italiana Raffaella Carrá, dando inicio a una tradición que por estos días levanta cualquier polvareda.
CRECIENDO
Con el paso de los años la carrera por encontrar a la ricura más potable de todo el ramillete que acudía cada año al brillo, cobró cada vez más relevancia hasta el punto de evolucionar y ganarse un espacio propio en la agenda festivalera.
Desde participantes de las competencias y del show, hasta animadoras y modelos contratadas especialmente para meter boche, todo tipo de féminas se han jugado hasta el colaless con tal de figurar durante la mediática justa de belleza y simpatía.
Pese a todo, sólo 27 mujeres han logrado salirse con la suya. Tras el triunfo de la intérprete de "Caliente", en 1982 la mexicana Lucía Méndez se llevó todas las alabanzas, siendo seguida el 84 por la rumana Jeanina Matei, el 85 por la venezolana María Conchita Alonso y el 86 por la guapa canadiense Cindy Valentine.
Sólo en 1987 una criolla sacó pechito por el país. La cantante Irene Llano dejó la grande entre los apóstoles acreditados en el certamen, casi tanto como lo hicieron la peruana Marcela Sánchez en 1988 y la chilena Myriam Hernández en 1989. Hasta el día de hoy se recuerdan en la Quinta Vergara de las mansas ni que piernas de la exitosa cantante nacional.
CAMBIOS
En 1990 el concurso generó creciente expectación tanto en el público como en las propias participantes. En esa pasada la brasilera Xuxa fue escogida como la primera reina de la década, seguida por las mexicanas Yuri, Lucero y Gloria Trevi, los años 91, 92 y 93 respectivamente.
El dominio charro recién tuvo un respiro en el 94, coincidentemente en la edición con mayor participación de cuates producto de la alianza entre MEGA y Televisa que se quedó con los derechos del brillo. Sofía Vergara, la pechugona coanimadora colombiana, ganó la votación sin mayor apuro.
Pero los triunfos aztecas no pararon ahí (de hecho son las más winner porque en total suman 7 coronas). En 1995 Patricia Manterola mató con sus redondeadas caderas, similares a las de la chilena Paola Falcone en 1996, pero nunca tan contoneadas como las de Thalía en 1997.
Sofía Franco del Perú en 1998 y la bailarina brasilera del "Baile de la botella" de EoTchan, Carla Pérez, en 1999, anticiparon la gran sorpresa de Viña 2000, el primer Festival de Canal 13 donde la reina de la salsa, la cubana Celia Cruz, se impuso en segunda vuelta a la Miss Universo Cecilia Bolocco, cambiando la tendencia y demostrando que la simpatía es tan atrayente como las curvas. La salsera se enteró de su triunfo cuando abandonaba el hotel para retornar a Miami, y fue tanta su alegría que echó marcha atrás y cantando uno de sus mayores éxitos llegó hasta el salón "Blanco Encalada", donde fue proclamada reina por una nube de periodistas. Aquello fue inolvidable.
Natalia Oreiro en 2001 y el doblete de la charra Manterola en 2002, marcaron las últimas ediciones antes de que la moda de la farándula se sumara al concurso de popularidad.
FLASHES
Quién más que Kenita Larraín podía darle el vamos a la era de las reinas faranduleras. Como modelo de "La Movida del Festival", la rubia debilidad ganó el cetro y comenzó con una moda que siguieron el 2004 y 2005 las argentinas Carolina "Pampita" Ardohain y la voluptuosa Luciana Salazar.
En plena moda de las siliconas, el 2006 la bella Tonka Tomicic demostró que lo natural siempre será mejor. La animadora del "Buenos Días a Todos" se mandó una campaña soberbia y su cercanía con la gente y especialmente con los periodistas, le permitió quedarse con la corona. Su equipo fue un gran puntal, pero su simpatía fue, en definitiva, con lo que cautivó a los apóstoles de la prensa. Para muchos, Tonka le dio glamour al concurso.-
El 2007 la hermana chica de Chechi, Diana Bolocco, lograra lo que su sister nunca consiguió. La más reciente ganadora es la colombiana Pilar Ruiz, quien el próximo viernes cederá su categoría a una nueva chiquilla del espectáculo.
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