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No sé que tan útil puede ser una visita a Cuba. Más bien, creo que el esfuerzo, viaje, avión, invitados, tiempo destinado de una gobernante, que siempre es escaso, bien puede tener otro destino más provechoso para el país. Hay decenas de otros destinos mundiales que para nuestro desarrollo son inmensamente más trascendentes. Eso es evidente. Sobre todo que, en este particular caso, las reuniones de trabajo, conversaciones que son propias de una visita de Estado, sólo tendrán el componente del Gobierno, quedando de ella muy marginado el pueblo, con sus organizaciones que la componen.
Recuerdo algunas visitas de Estado en las cuales me correspondió participar como miembro oficial de la delegación. La participación de empresarios, políticos, trabajadores, invitados por el gobernante, se reunían con sus pares correspondientes y efectivamente se obtenían, para ambos países resultados provechosos. Pero, ¿y en Cuba?
A las organizaciones empresariales chilenas les ha costado mucho encontrar a los personeros que la representen en este viaje. “¿Con quien conversaremos allá?”, se preguntan insistentemente. En el ámbito político, también las reuniones están muy dirigidas y sólo lo pueden hacer con los miembros del Partido Comunista cubano y con nadie más. Algunos escritores invitados también desistieron, declarando muy escuetamente que “no voy a Cuba, porque mis libros están censurados en la isla” y otros que le obligaron a vender sus libros en poco más de 500 pesos chilenos en esa Feria del Libro cubana transformada “en gancho” para justificar la visita. ¿Estarán invitados los intérpretes chilenos de música tropical? Pareciera que no, a pesar de que son los únicos que podrían obtener algún beneficio. Ahí los cubanos podrían aprovechar algo ya que Celia Cruz, ya fallecida, y que siempre proclamaba en sus canciones la libertad de Cuba, no es ahora referente político que les complique la vida. Pero por otro lado, algunos podrán sostener que vale la pena reunirse con el turismo cubano, sin embargo, tampoco hay correspondencia, ya que ningún cubano puede salir de la isla en planes turísticos, porque o no tienen dinero alguno para esto ni tampoco los dejan salir de la isla, entonces, también es inútil. ¿No será, entonces, que nuestra Michelle se quiere dar un chapuzón marítimo en esas aguas caribeñas que siempre son tibias y agradables, especialmente en las madrugadas, hora ésta que a ella le gusta nadar?
Un amigo me refutaba toda mi argumentación, recordándome que Joaquín Lavín había concurrido a Cuba y se había reunido con Fidel por varias horas. Yo le respondía que “efectivamente, es verdad, pero ¿para qué le sirvió?”. En realidad, para nada. Sólo que se dio el gusto de estar con un hombre que, debemos reconocerlo, pasará a la historia mundial, pero no por sus éxitos, sino que por sus fracasos, dominando a un pueblo durante cinco décadas, convencido de una revolución que cada día se ve más inútil.
¿Por qué nuestra Michelle insistió en este viaje? Detrás de ella, deja a una coalición dividida, en que DC y socialistas casi se van a las manos en la Cámara de Diputados y, lo que es peor, los socialistas recuerdan que China tiene un régimen peor que el cubano, provocando la molestia del Gobierno chino, que envía un recado privado a La Moneda, con las molestias del caso. Imagino los recuerdos de Beijing en este episodio, cuando Allende declaraba que “Rusia es nuestro hermano mayor”, justificando de esta forma el reconocimiento al gobierno militar chileno el mismo día 11 de septiembre de 1973. Seguramente, en las altas esferas de su gobierno han vuelto a reafirmar tal actitud, al volver a ver a los socialistas criollos denostando su régimen de gobierno. Sin embargo, nuestra Michelle sigue empeñada en visitar la isla. En realidad, la única cosa buena que ha hecho su colega, la mandataria argentina, fue excusarse de visitar Cuba, porque “sufrió una descompensación en presión arterial por el exceso de calor en Buenos Aires”. ¿Habrá alguien que haya creído tamaña justificación? No sé, tampoco importa, pero lo interesante es que se bajó del “Tango uno”, su avión presidencial. En cambio, nuestra Michelle sigue impertérrita, ¿o se va a traer de vuelta aquella doctora cubana que implora permiso para salir de Cuba y visitar a su hija y nietos que viven en Argentina? Capaz que Cristina Kirschner venga a Chile a buscar a la doctora….
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