Pónganle el nombre que deseen. El sorteón, el megasorteo, el sorteazo. Hoy, a partir de las 09:00 horas, Vimcorsa celebra el proceso de adjudicación de viviendas con un mayor número de solicitantes de su historia. Y, como cantara Celia Cruz, No hay cama pa tanta gente. En concreto, 13.425 solicitudes para 251 viviendas en el primer proceso en el que la clase media tiene acceso a adquirir una vivienda social.
Este tipo de sorteo, dadas sus dimensiones, necesita una guía, una hoja de ruta, para no perderse entre la legislación, la capacidad de maniobra de Vimcorsa y una serie de cuestiones financieras de mucha relevancia. Se sortean viviendas de dos tipos. Las caras (una promoción de 124 pisos en el Cortijo del Cura y otro de 19 VPO en Mirabuelo, a 1.743 euros por metro cuadrado) y las baratas (108 viviendas en el Cortijo del Cura a 1.394 euros por metro cuadrado).
El primer principio, que todo el mundo debe seguir al pie de la letra, es que tener una bola premiada no implica, de forma directa, tener derecho a una vivienda. El proceso de una VPO se ha convertido en algo lo suficientemente complicado como para que nadie cante victoria hasta que no tenga la llaves del piso en la mano. El segundo principio es que no hay vivienda hasta que el banco no autoriza la hipoteca.
Por partes. En el supersorteo habrá tres bombos. Uno de ellos constará de 64 bolas que optarán a una de las siete viviendas de uno y dos dormitorios que se han reservado para familias con algún discapacitado. En un segundo bombo, habrá 389 bolas correspondientes a las solicitudes de familias numerosas (tres o más hijos) o con algún miembro dependiente para asignar las 20 viviendas de cuatro dormitorios. El tercer cupo, y más numeroso, consta de 12.972 bolas o solicitudes para 224 viviendas de uno, dos y tres dormitorios.
De cada uno de los bombos, se extraerán tantas bolas como viviendas se sortean y un número más. Por ejemplo, del cupo general se extraerán 225 números. Los 224 primeros conformarán el grupo prioritario para proceder al adjudicatario. La última bola servirá para establecer la lista de espera. Por ejemplo, si sale el número 5.000, el solicitante que tenga este número será el primero de la lista de espera seguido del 5.001, 5.002, etcétera. Cerraría la lista de espera el 4.999.
Las personas que sí han salido en el primer grupo de extracciones (224 para el cupo general, 20 para el de familias numerosas y siete para el discapacitados) serán ordenadas en función de su renta. Es decir, no importa cuál será el número de orden en el que salieron las bolas puesto que la preferencia se realizará en función del salario. A todas estas personas, se les ofrecerán las viviendas disponibles y que se ajusten a sus posibilidades. En principio, a los pisos más baratos sólo pueden acceder las rentas más bajas (entre una y 3,5 veces el salario mínimo) mientras que a las caras tendría acceso legal todo el mundo (que pueda pagar). Así, se supone que las familias con menos ingresos elegirán las casas más asequibles, aunque no existe ninguna obligación de que se produzca el caso contrario.
El proceso del sorteo, y que todo se mezcle en un solo bombo, deja un montón de posibilidades abiertas al puro azar. Así, puede pasar que las bolas agraciadas constituyan mayoritariamente las de familias que necesitan pisos de dos habitaciones y que no exista disponibilidad en las promociones para dar respuesta a esas solicitudes. En tal caso, afirma Vimcorsa, se actuaría con "sentido común" ya que la gestión posterior al sorteo no se encuentra regulada al detalle por la legislación. Los pliegos establecen una cierta manga ancha para que Vimcorsa pueda realizar una gestión de las necesidades y las disponibilidades. En cualquier caso, la empresa se reserva el derecho de que, en caso de no encontrar una vivienda para un adjudicatario, acuda a alguno de los pisos de futuras promociones. Otro dato: quien haya marcado solo una de las dos promociones tendrá acceso a elegir en esa zona.
Hay que precisar, además, que quien necesite una hipoteca tendrá que reunir una serie de condiciones suplementarias. A saber, para acceder a un préstamo se tendrá que disponer de un informe de que no se ha incurrido en fallidos con anterioridad, que la renta ha permanecido estable en los últimos tres años , que todas las deudas unidas no superen el 40% de los ingresos y que tras pagar la cuota sobren unos 700 euros mensuales de la nómina.
Otro dato importante es que los alquileres con opción a compra no se sortean. Se abrirá un registro para futuras adjudicaciones.
Este tipo de sorteo, dadas sus dimensiones, necesita una guía, una hoja de ruta, para no perderse entre la legislación, la capacidad de maniobra de Vimcorsa y una serie de cuestiones financieras de mucha relevancia. Se sortean viviendas de dos tipos. Las caras (una promoción de 124 pisos en el Cortijo del Cura y otro de 19 VPO en Mirabuelo, a 1.743 euros por metro cuadrado) y las baratas (108 viviendas en el Cortijo del Cura a 1.394 euros por metro cuadrado).
El primer principio, que todo el mundo debe seguir al pie de la letra, es que tener una bola premiada no implica, de forma directa, tener derecho a una vivienda. El proceso de una VPO se ha convertido en algo lo suficientemente complicado como para que nadie cante victoria hasta que no tenga la llaves del piso en la mano. El segundo principio es que no hay vivienda hasta que el banco no autoriza la hipoteca.
Por partes. En el supersorteo habrá tres bombos. Uno de ellos constará de 64 bolas que optarán a una de las siete viviendas de uno y dos dormitorios que se han reservado para familias con algún discapacitado. En un segundo bombo, habrá 389 bolas correspondientes a las solicitudes de familias numerosas (tres o más hijos) o con algún miembro dependiente para asignar las 20 viviendas de cuatro dormitorios. El tercer cupo, y más numeroso, consta de 12.972 bolas o solicitudes para 224 viviendas de uno, dos y tres dormitorios.
De cada uno de los bombos, se extraerán tantas bolas como viviendas se sortean y un número más. Por ejemplo, del cupo general se extraerán 225 números. Los 224 primeros conformarán el grupo prioritario para proceder al adjudicatario. La última bola servirá para establecer la lista de espera. Por ejemplo, si sale el número 5.000, el solicitante que tenga este número será el primero de la lista de espera seguido del 5.001, 5.002, etcétera. Cerraría la lista de espera el 4.999.
Las personas que sí han salido en el primer grupo de extracciones (224 para el cupo general, 20 para el de familias numerosas y siete para el discapacitados) serán ordenadas en función de su renta. Es decir, no importa cuál será el número de orden en el que salieron las bolas puesto que la preferencia se realizará en función del salario. A todas estas personas, se les ofrecerán las viviendas disponibles y que se ajusten a sus posibilidades. En principio, a los pisos más baratos sólo pueden acceder las rentas más bajas (entre una y 3,5 veces el salario mínimo) mientras que a las caras tendría acceso legal todo el mundo (que pueda pagar). Así, se supone que las familias con menos ingresos elegirán las casas más asequibles, aunque no existe ninguna obligación de que se produzca el caso contrario.
El proceso del sorteo, y que todo se mezcle en un solo bombo, deja un montón de posibilidades abiertas al puro azar. Así, puede pasar que las bolas agraciadas constituyan mayoritariamente las de familias que necesitan pisos de dos habitaciones y que no exista disponibilidad en las promociones para dar respuesta a esas solicitudes. En tal caso, afirma Vimcorsa, se actuaría con "sentido común" ya que la gestión posterior al sorteo no se encuentra regulada al detalle por la legislación. Los pliegos establecen una cierta manga ancha para que Vimcorsa pueda realizar una gestión de las necesidades y las disponibilidades. En cualquier caso, la empresa se reserva el derecho de que, en caso de no encontrar una vivienda para un adjudicatario, acuda a alguno de los pisos de futuras promociones. Otro dato: quien haya marcado solo una de las dos promociones tendrá acceso a elegir en esa zona.
Hay que precisar, además, que quien necesite una hipoteca tendrá que reunir una serie de condiciones suplementarias. A saber, para acceder a un préstamo se tendrá que disponer de un informe de que no se ha incurrido en fallidos con anterioridad, que la renta ha permanecido estable en los últimos tres años , que todas las deudas unidas no superen el 40% de los ingresos y que tras pagar la cuota sobren unos 700 euros mensuales de la nómina.
Otro dato importante es que los alquileres con opción a compra no se sortean. Se abrirá un registro para futuras adjudicaciones.
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