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Con la fuerza de un león. Así comenzó el primero de los shows de Los Fabulosos Cadillacs en la Argentina. El primer acorde de “Manuel Santillán, El León” hizo estallar la ansiedad acumulada en el pecho de miles de fans que no pararon de bailar, saltar y cantar durante las dos horas y media que duró el recital.
El Chateu Carreras de Córdoba tuvo el privilegio de ser el primer escenario argentino elegido por una de las bandas más emblemáticas del rock nacional para su regreso a siete años de su separación. Pasadas las 21.40, cuando el sol se ocultó en el horizonte, se apagaron las luces y Vicentico, Flavio Cianciarullo, Sergio Rotman, Daniel Lozano, Fernando Ricciardi y Mario Siperman aparecieron por la derecha del escenario; se quedaron en fila, en pose, mientras de fondo se escuchaba la música de James Bond.
Hasta que los primeros acordes de “El León” hicieron explotar a la gente y dio comienzo a una verdadera fiesta. Aunque fue tal la fuerza desplegada por la propia banda que cuando estaban tocando el primer tema se cortó el suministro eléctrico. Vicentico, la voz y uno de los líderes, pidió calma y unos minutos de espera para solucionar el problema técnico que amenazaba con apagar el tan esperado regreso. Pero no hizo falta aguardar, porque un minuto después la energía se reestableció en el escenario y Los Cadillacs dispararon desde arriba con “Mi novia se cayó en un pozo ciego”, un hit de 1987, del disco “Yo te avisé”.
De este mismo disco tocaron “Estoy harto de verte con otros”. Entonces, el calor comenzó a subir desde las tribunas y desde el campo hacia el escenario y Vicentico se quitó su saco negro; el público pedía más; la memoria emotiva estaba en su pico máximo. La banda respondió con “El genio del dub”. “Cuando hablás de violencia dice basta ya, cuando hablás de guerra dice basta ya, cuando hablás de hambre dice basta”, coreaba el público. Pero Vicentico no se contentaba con la respuesta del público y pedía más. “Vamos a bailar. Que no quede un alma sin saltar”, les pedía.
En “Muy, muy temprano”, una versión renovada de la grabada en 1987, sonó con unos acertados arreglos de reggae, donde Vicentico mostró sus dotes con la armónica.
Y si querían cumbia, llegó “Padre Nuestro”, del disco “Rey azúcar” de 1995. Este tema también fue incluido en el nuevo CD, “La luz del ritmo”, pero con una versión renovada y producida por Pablo Lescano, líder de Damas Gratis. El polémico tecladista fue invitado para la fiesta del regreso y tocó con Los Cadillacs ante las más de 17.000 personas que asistieron al recital. También participó como invitado Luciano Jrs., ex percusionista de la banda.
Cuando el show llevaba más de una hora, se produjo el momento más emotivo de la noche para los integrantes del grupo. Tocaron “Condenaditos”, un tema compuesto por Gerardo “Toto” Rotblat. Las pantallas al costado del escenario se llenaron de imágenes del ex percusionista, quien falleció hace unos meses.
Durante la conferencia de prensa del viernes, los integrantes de Los Fabulosos afirmaron que el disco, el recital y todo lo que hacen está dedicado al “Toto”, quien era uno de los más entusiasmados con el regreso de los viejos amigos a los escenarios.
Flavio y Vicentico lo calificaron como la luz del ritmo y en la calurosa noche cordobesa no pudo faltar el nuevo tema que le da nombre al flamante disco “La luz del ritmo”. También, para subir la temperatura, sonaron “Demasiada presión”, “Calaveras y diablitos”, “Gitana” y “Mal Bicho” que ya hizo saltar el termómetro. Flavio no paraba de correr todo el escenario; Vicentico hacía sus clásicos pasitos ska y a Rotman se lo veía feliz, muy feliz. No podía faltar “Vasos vacíos”, una versión que Los Cadillacs grabaron con la legendaria Celia Cruz. Pero en este caso, invitaron al escenario a Mimí Maura, para interpretar el dúo con Vicentico, mientras su esposo (Rotman) la miraba con una amplia sonrisa de admiración y de satisfacción.Pero no podían irse sin tocar el hit más recordado de la banda. Las timbaletas y los bombos de “Matador” no dejaron a nadie sin bailar. Ya era la medianoche y este tema anunciaba el final del show. Pero su público, luego de siete años de abstinencia de verlos en vivo quería más. No pararon de gritar y de pedir más temas hasta que los músicos regresaron al escenarios.
Pero ellos ya lo tenían todo planificado. Regresaron, pero con cambios en la formación y en los instrumentos que toca cada uno. La sorpresa fue que el lugar del baterista fue ocupado por un robusto chico de 11 años. Sí, la música se transmite de generación en generación y el hijo de Flavio tomó los pallilos , puso el pie en el pedal del bombo y comenzó a pegarle con mucha fuerza a los parches.
Su padre asumió la voz líder y se calzó una guitarra para hacer un par de temas de The Clash. Vicentico formó parte de esta nueva banda, pero ejecutando el bajo. A la 0.12, todos volvieron a sus puestos originales para cerrar una velada espectacular con “Yo no me sentaría a tu mesa”.
“Por más que quieras callar toda nuestra voz. Nunca podrán callar esta canción… ohh ohhh”. Parece que no pudieron callarlos porque las canciones de Los Fabulosos volvieron a sonar de nuevo, renovadas, con nuevas energías y con un estilo único que se identifica con tan sólo escuchar un riff, unos acordes. Los Fabulosos Cadillacs están de vuelta, siguen vivos, con un total de 50 recitales en la agenda hasta junio del próximo año, con un disco nuevo y con muchas ganas de editar otro trabajo más el año que viene. “Yo te avisé”.
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